Como ya viene
siendo habitual cada rincón o cada historia que aquí se publica es especial,
bien por los paisajes, por el cariño que le tenga al lugar o por el valor
ambiental que tenga la zona en sí misma.
Hay un lugar en
Lanzarote desde el que las puestas de sol se ven diferentes, y siempre están
amenizadas con el cántico de algún que otro pajarillo, ese lugar es el Saladar de la Santa.
En algunos
tramos de la costa de Lanzarote, se pueden encontrar zonas que permanecen
encharcadas durante las mareas altas. Estas depresiones que sufren
ocasionalmente inundaciones y están ocupadas por una vegetación muy específica,
adaptada a la alta concentración de sal y a la inmersión periódica de las
mareas reciben el nombre de saladares.
El Saladar
de La Santa constituye uno de los ejemplos más representativo de la isla. Es
una pequeña marisma situada en el municipio de Tinajo, con vegetación
caracterizada por una formación cespitosa arbustiva de Arthrocnemum
fruticosum.
Los
saladares en general presentan una riqueza florística media pero son
comunidades de alto valor paisajístico, faunístico, florístico y biogeográfico.
Desde el punto de vista faunístico representan un hábitat ideal para las aves
migratorias y limícolas que encuentran comida en estos enclaves tan especiales.
Así que si te apetece pasar una tarde diferente, identificando aves mientras
disfrutas de la puesta de sol, no lo dudes!! Sólo necesitas tener ganas y ya si
llevas una guía identificatoria de aves y unos prismáticos la tarde puede dar
mucho de sí.
Es una
experiencia muy recomendable!!!!
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